martes, 13 de septiembre de 2011

SELECCIÓN DE POEMAS SURREALISTAS


PRÓLOGO

La selección de poemas que podrán leer a continuación esta inspirada en la liberación total del hombre.
Para su realización nos basamos en autores como Emilio Westpfalen o Paúl Éluard y hemos seleccionado aquellos poemas que nos cautivaron, llamando nuestra atención.
Es por esto que esperamos que el lector pueda experimentar y sentir lo que nosotras al leer estos versos, que expresan una forma de ver las cosas distintas, más conocido como surrealismo.
Aquí podrán observar las mágicas palabras de autores que van más allá de la realidad. Esperamos que lo disfruten.

Rosario Rodríguez Ledesma
Nazarena Castro Martínez
3ºA













CUÁL ES LA RISA
Cuál es la risa leve cubierta de espuma
Que anuncia el amor
Cuál la túnica desvanecida que oculta
Los lentos puñales ciegos del amor
Cual el momento en el cual aparece indudable
Benévolo golpe de sangre sobre la arboleda
Y los trozos de un cuerpo en estado de putrefacción
Aún se hacen visibles sobre la muralla de mármol


EMILIO WESTPFALEN







CERTIDUMBRE



Si te hablo es para oírte mejor
Si te oigo estoy seguro de entender
Si sonríes es para invadirme mejor
Si sonríes yo veo el mundo entero
Si te abrazo es para continuarme
Si vivimos todo será placer
Si te dejo nos recordaremos
Y dejándonos nos reencontraremos.


PAUL ÉLUARD



INFANCIA (III PARTE)



En el bosque hay un pájaro. Su canto os detiene y os
hace enrojecer.
Hay un reloj que no suena.
Hay un hoyo con un nido de animales blancos.
Hay una catedral que baja y un lago que sube.
Hay un cochecito abandonado entre el boscaje, o que
baja corriendo un sendero, adornado con cintas.
Hay una tropa de pequeños comediantes ataviados a
propósito, divisados en el camino a través del lindero del bosque
Hay alguien, finalmente, que, cuando se tiene hambre y
sed, os ahuyenta.   




ARTHUR RIMBAUD



Nizar Qabbani



Ni tú, amor mío eres razonable,
ni yo lo soy.
¿Es cualidad del amor
quebrar lo normal, lo cotidiano y lo razonable?
¿Es condición del amor, querida mía,
olvidarnos de nuestros nombres?
¿Es condición del amor, amada mía,
no mirar delante ni detrás?
¿Es condición de amor, cariño mío,
confesarme asesino, siendo víctima?

Ni tú, amor mío, eres razonable
ni yo lo soy.
Borra, cuando esté enfadado,
de mis palabras la mitad,
domestica mis sentimientos,
corta mis uñas
y recoge todos los espinos y los lodos.
Y créeme siempre que venga, amor mío,
con las flores, las lunas y las estaciones.

Ni tú, amor mío, eres razonable
ni yo lo soy.
A pesar de todo
siguen el rechazo y la aceptación.
A pesar de todo
siguen la risa, el grito, el amanecer y el atardecer.
¿Qué perderemos, cariño mío,
si me das la mano
y las mías viajan sobre el oro labrado?
¿Qué perderemos, reina mía,
si nos lanzamos, como  dos pájaros, a los campos?
¿Qué perderemos, princesa mía,
si estampo un beso en el tímido rojo?
¿Qué perderemos, amor mío,
si nos elevamos como los místicos
al grado de arrobamiento y encarnación?
¿Qué perderemos, amor mío,
si bendecimos al mensajero?






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