martes, 13 de septiembre de 2011

Una selección de poemas de Alejandra Pizarnik

Prologo

En esta pequeña antología podrán encontrar poemas vanguardistas de la escritora argentina Alejandra Pizarnik.  Quedamos muy sorprendidas  al leer en la clase tres poemas de esta autora, debido a su vocabulario y su vida rodeada de malditismo ya que se suicidó a los 36 años,por lo cual la elegimos para este trabajo.
Los poemas que se encuentran en esta antología fueron seleccionados porque  nos llegaron al corazón, y por su poca coherencia en los mismos. Se darán cuenta que esta autora reitera en todos sus poemas su desafortunada experiencia en el amor.
Esperamos que puedan sentir lo mismo que nosotras al leer estos poemas,ya que aunque sean bastante incoherentes transmiten  una vista de la vida muy distinta a la que cada uno pueda tener.


Aldana Balda y Laura Etcheverry.









La enamorada

ante la lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra Alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fuiste triste estabas sola
y la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!


Revelaciones

En la noche a tu lado
las palabras son claves, son llaves.
el deseo es rey.

Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.

Más allá del olvido

alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías que 
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor






La última inocencia

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!








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